El Día de la Inmaculada Concepción es un buen momento para recapitular información con respecto a la Virgen María. Este personaje es clave en la fe cristiana, sobre todo en la católica. Su figura representa cabalmente a la mitología cristiana. Por empezar una aclaración: La Inmaculada Concepción no hace referencia a la concepción de Jesús, sino a la de María. Según la doctrina católica María también nació pura y sin pecado.
A pesar de la central importancia que tiene en la doctrina cristiana, la virgen es nombrada muy pocas veces en la Biblia. De los evangelios solo Mateo y Lucas recogen el relato de la concepción virginal de Jesús y su nacimiento (aunque con matices diferentes). Marcos y Juan no hacen ninguna referencia al hecho de que Jesús haya nacido de una virgen. Este último recoge un relato de Jesús haciendo el milagro de transformar agua en vino con María presente (Juan 2).
En otras oportunidades el propio Jesús le quita mérito a su madre. Considera que su verdadera familia ("mi madre y mis hermanos") son sus seguidores (Mateo 12:46-50) y afirma que quienes obedecen la Palabra de Dios son más benditos y bienaventurados que incluso su propia madre (Lucas 11:27-28).
Finalmente María aparece presenciando la crucifixión de su hijo (Juan 19:25) y su posterior ascensión (Hechos 1:14). De ahí en más no vuelve a ser nombrada en el Nuevo Testamento. Y de hecho los escritores cristianos de los primeros siglos apenas la nombran. De hecho Pablo de Tarso, el primer teólogo y el autor de los primeros escritos del Nuevo Testamento, no la nombra en ninguna de sus epístolas y ni siquiera hace la menor referencia a una concepción o nacimiento virginal.
Realmente son muy pocas las ocasiones en las que se la nombra en comparación con la enorme importancia que tiene en la Iglesia Católica. ¿De dónde sale entonces tanta idolatría?
No hay que ser experto para darse cuenta que el origen de ese culto se encuentra en el sincretismo religioso. La mayor parte de las religiones de la antigüedad tenían dioses madres, esposa o madre del dios o los dioses principales. María cumple con ambas cosas: Es la madre del semidiós Jesús y también es nombrada reina.
Ideas como la Inmaculada Concepción de María, los relatos de su nacimiento y de sus padres, su perpetua virginidad (la Biblia habla de los hermanos de Jesús), su resurrección y ascensión a los cielos, su coronación como Reina de los Cielos. Todo eso no aparece en ningún lado del Nuevo Testamento ni de las tradiciones cristianas más antiguas. Son simplemente paganismo disfrazado. Se reemplazan los nombres de las antiguas diosas por el de María.
Incluso en el Antiguo Testamento se habla del culto la diosa mesopotámica Ishtar llamándola "reina del cielo" (Jeremías 7:18, 44:17-19), término bastante similar al de Reina de los Cielos que los católicos utilizan para la Virgen.
Todo esto sin dejar de lado que la misma narración de Jesús siendo concebido por una virgen ya es mitológica, un sincretismo que combina elementos del judaísmo con mitologías grecorromanas. Pero eso se verá en otro artículo.
En resumen, tenemos un caso de un relato mitológico, el de la concepción virginal de Jesús. Y posteriormente un culto pagano hacia la Virgen. Otra muestra más del sincretismo cristiano.
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