Hace unos días fue publicada en una revista de cultura una mini-entrevista que le hicieron a Eduardo Yhabes. Este sujeto que la mayoría del público debe desconocer es un zorro viejo de la pseudociencia argentina. Preside la Asociación Homeopática Argentina.
Recordemos que la homeopatía es una de las pseudomedicinas más peligrosas. No solo porque sus postulados (ley de similitud, memoria del agua) sean solo macaneo pseudocientífico, sino por los efectos que trae. Por un lado, lejos de ser inocua, puede también llegar a ser mortal. Y por otro, sus principales promotores son los que promueven peligrosas ideas en contra de la medicina convencional.
Por ejemplo, el propio Yhabes es a su vez el principal promotor de la "libre vacunación", que no es otra cosa que levantar estupideces en contra de las vacunas que pueden poner en riesgo la vida de mucha gente, incluso de niños.
Yendo a la entrevista concedida, el señor Yhabes disfraza su "ciencia" con definiciones metafísicas y frases que suenan rimbombantes: "Desde este principio unicista se comprende al ser humano como una totalidad: es uno solo en cuerpo y en mente; en materia y energía que anima la materia" y agrega que "la homeopatía busca la liberación de las ataduras producidas por su desarmonía vital, para que el paciente pueda manifestar su verdadera esencia en libertad y plenitud". Todos términos que nada tienen que ver con ninguna investigación científica seria.
Para cerrar la entrevista nuestro investigador nos tira la siguiente bomba: Todos aquellos médicos que fueron asignados a la tarea de investigar la homeopatía para desacreditarla, terminaron convirtiéndose en eximios homeópatas hasta su muerte. Tal como aconteció con Costantino Hering y entre nosotros con el doctor Luis Maglioni, quien presentó (en el año 1878) su tesis en contra de la homeopatía.
¡Pero que bárbaro! Ahora si estoy convencido: La homeopatía es científica porque "todos" los que investigaron el tema se terminaron convirtiendo.
Nos nombra a dos personajes bastante oscuros dentro de lo que es la medicina y de los cuales la mayoría de la comunidad médica nunca escuchó. El primero es un tal Constantino Hering, el cual si uno lo busca en Google obtiene como resultado referencias en sitios de homeopatía o terapias alternativas. Es decir, la comunidad científica no lo reconoce. Y el otro es Luis Maglioni, del cual no se obtiene nada. Evidentemente su trabajo de 1878 no debió tener mucho prestigio. Curiosamente ambos "científicos" son del siglo XIX. Imagino que dentro de ese "todos aquellos médicos" habrá algunos más actuales. Digamos de los últimos 120 años.
Muy por el contrario Yhabes olvida referirse a la refutación a la publicación de Benveniste u otras decenas de publicaciones que refutan la homeopatía y sus principios básicos. Lo cierto es que hasta la fecha no ha sido fehacientemente comprobada y todas las evidencias apuntan en su contra.
Hace unos años gracias a una campaña que encabezó Mario Bunge se suspendieron los cursos de homeopatía de la Universidad de Córdoba. Esperemos que esta peligrosa pseudociencia siga en su estado marginal y no crezca.
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