Tucídides, primer historiador científico
(Este artículo está dirigido, como su título lo indica, principalmente a la disciplina histórica. No obstante puede aplicarse también a otras Ciencias Sociales)
Muchas veces se le intenta quitar a la Historia cierto rigor científico y se asume que es una disciplina subjetiva y parcial. Lejos de querer combatir esto hay quienes lo toman como algo inevitable e incluso lo reivindican.
Esta postura que presume ser honesta intelectualmente es en realidad peligrosísima porque despoja a la Historia de su carácter científico y lo convierte en un simple relato.
¿Qué quiere decir que una investigación científica debe ser objetiva? Básicamente, y tomando la definición de la Real Academia, que algo objetivo es "Perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir". Otra acepción igualmente válida consiste en afirmar que es "Que existe realmente, fuera del sujeto que lo conoce".
En otras palabras, que una investigación si es objetivo debe limitarse a estudiar objetos o hechos de realidad empírica, no construcciones mentales ni simples hipótesis vacías. Claro está, siempre que esa investigación pretenda ser científica.
Otra definición interesante es la de Esther Díaz quien considera a la objetividad como una "suma de inter-subjetividades". Lo explica diciendo que los experimentos o investigaciones deben realizarse de tal manera que cualquier otro científico pueda llegar a las mismas conclusiones con los mismos datos.
Resumiendo, cuando se habla de que la ciencia es objetiva nos referimos a su carácter de estudio de hechos con existencia real. Y nos referimos al hecho de que nuestras hipótesis y conclusiones deben basarse en esos hechos reales. Cuantos más hechos reales se recolecten y contrasten la investigación más objetiva será.
Ahora bien, el hecho de ser objetivo no significa no hacer juicios de valor. Pero esos juicios de valor deben basarse en principios empíricos. Es decir, si vamos a calificar a una personalidad o a un suceso de "bueno" o "malo" debemos basarnos en la evidencia de los hechos. Mostrar porque esos personajes o sucesos tienen tal categorización. De lo contrario, defender o defenestrar a alguien solo por su posición política y algún otro motivo subjetivo es erróneo.
Y eso nos lleva a otro punto: La ideología. Ésta, entendida como la cosmovisión que uno tiene de la realidad y (en palabras de la Wikipedia) el conjunto de ideas sobre la realidad, sistema general o sistemas existentes en la práctica de la sociedad respecto a lo económico, lo social, lo científico-tecnológico, lo político, lo cultural, lo moral, lo religioso, etc. y que pretenden la conservación del sistema (ideologías conservadoras), su transformación (que puede ser radical y súbita, revolucionaria, o paulatina –ideologías reformistas–), o la restauración de un sistema previamente existente (ideologías reaccionarias) , inevitablemente se va a inmiscuir en algún punto del trabajo científico, más aún en una ciencia social como la Historia. Pero justamente, lo bueno del trabajo científico está en poder apartarse uno de su ideología. ¿Cómo hacerlo? No es fácil, pero tampoco es muy complejo. Simplemente recordando que se está haciendo investigaciones sobre hechos pasados y que las causas deben encontrarse en el pasado. No se puede transpolar a tiempos pasados ideas de tiempos presentes. Algunos dirán que es difícil. Pero nadie dijo nunca que hacer ciencia tenía que ser fácil. En palabras de Eric Hobsbawm, la motivación inicial, ideológica o personal, para hacer un trabajo no importa. Lo que importa es que el resultado no sea falso ni trivial.
Por último, a veces se suele objetar que el carácter no objetivo de la Historia radica en que el investigador toma para su investigación lo que considera valioso. Es cierto. Pero también pasa en las Ciencias Naturales. ¿O acaso el científico natural elige los objetos a observar o para su experimentación sin ningún tipo de condicionamiento? ¿No será por eso que es tan importante la revisión entre pares y el consenso de la comunidad científica? Tanto en las Ciencias Naturales como en las Ciencias Sociales el científico se decide por cierto objeto a investigar. Eso no los hace menos científicos, siempre, claro está, que siga con rigor el método científico.
Y aún existen quienes afirman que como los científicos sociales buscan cambiar la sociedad no pueden ser objetivos. ¿Pero cómo poder cambiarla si no se parte de una descripción objetiva de la misma, lo menos sesgada y lo más exacta posible?
En resumen, la Historia, y por extensión todas las Ciencias Sociales, en su carácter científico no deben dejar de aspirar a la objetividad y la neutralidad ideológica. Al menos si lo que se busca es hacer Historia científica. En caso contrario, si lo que se quiere es simplemente relatar cosas, no hace falta.
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