martes, 17 de septiembre de 2013

Génesis literal vs Génesis simbólico


Muchas veces nos topamos con cristianos bien intencionados que pretenden conciliar a la ciencia con la fe, y entonces arguyen que ciertas partes de la Biblia (en especial aquellas relacionadas al Génesis como la Creación o el Diluvio) fueron en realidad escritas de forma simbólicas.

Esa forma de ver las cosas es muy arbitraria. ¿Quién determina cuál parte es simbólica y cuál no? Se puede decir que aquellas cosas que contradicen a la ciencia lo son, pero eso no es más que una argumentación ad hoc. Dicho de otra manera, si la ciencia dijera que el mundo se creó de la manera que dice la Biblia, entonces nadie diría que es todo simbólico. Pero como dice otra cosa, entonces se recurre a explicar esas contradicciones argumentando un supuesto sentido figurado para explicar las contradicciones.

En el Nuevo Testamento el relato del Génesis es considerado verídico. Tanto la creación (Marcos 10:6) como la caída (2 Corintios 11:3), el diluvio (Lucas 17:26--27) y otros eventos que aparecen en aquel libro son narrados como hechos literales e históricos.

En Hechos 17:26 se afirma que de un solo linaje proviene toda la raza humana, lo cual coincide con la idea de una pareja antecesora de toda la humanidad. Y más aún, la genealogía de Jesús que aparece en Lucas 3 relaciona a Jesús con Adán.


Quien crea en el carácter sobrenatural de la Biblia e interprete que el Génesis o al menos parte del mismo es un relato simbólico deberá explicar en que se basa para afirmar que ciertas partes sean simbólicas. Y deberá también explicar porque los escritores del Nuevo Testamento no los consideran símbolos sino hechos reales. ¿Acaso Dios no podía revelarles eso como parte de su inspiración?

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